“Con la postmodernidad se acabaron los relatos, se acabaron las narraciones heroicas, se acabaron los héroes; y a Freud se le podía poner un gorro de Papá Noel perfectamente”.

En palabras de Carmen González Táboas:

“¿Cómo se cruzan en De Inconscientes el inconsciente freudiano, el inconsciente que encontramos en el sufrimiento humano, el que encontramos en el consultorio y los inconscientes que somos todos nosotros? ¿cómo se cruza eso? ¿cómo se cruza la postmodernidad con el inconsciente?”.

¡No te pierdas el video luego del texto de Carmen!

Me escribe Iara Bianchi, creadora y Directora de De Inconscientes: “De hecho no hay espacio que reúna tantas voces diferentes del psicoanálisis y solo difundimos con contenido, informando”. Voces, psicoanálisis, información, contenidos, cultura, y se nos promete mucho más. Sabía que antes o después tendría que enfrentarme a mi pregunta: ¿Cuál es el lugar del psicoanálisis (incluidas “todas las perspectivas”, las diferentes lecturas) en este contexto comunicacional? Porque el descubrimiento de Freud introdujo una lógica de otro orden, muy diferente de la que conduce los juegos del lenguaje (lingüísticas, comunicación, informática) de los tiempos en los que, como dice Lyotard, “se ha transformado la naturaleza del saber”; de lo cual Lacan ha sido un inigualable testigo.

 

EL CONTEXTO INDO AMERICANO

Leemos en el Informe sobre la condición postmoderna:

El saber científico es una clase de discurso. Pues se puede decir que desde hace cuarenta años las ciencias y las técnicas llamadas de punta se apoyan en el lenguaje: la fonología y las teorías lingüísticas, los problemas de la comunicación y la cibernética, las álgebras modernas y la informática, los ordenadores y sus lenguajes, los problemas de traducción de los lenguajes y la búsqueda de compatibilidades entre lenguajes-máquinas, los problemas de la memorización y los bancos de datos, la telemática y la puesta a punto de terminales “inteligentes”, la paradología: he aquí testimonios evidentes, y la lista no es exhaustiva[1].

El Informe fue publicado en 1979, terminada la reconstrucción de la Europa destruida por dos guerras imperialistas. Parece lejano. No para nosotros, argentinos, que todavía hoy percibimos los efectos de la tardía irrupción de occidente entre los habitantes originales de la América indo luso hispana[2]. Cumplida la avanzada civilizatoria de los reyes católicos de España y Portugal (ciudades, organizaciones virreinales, universidades), las Compañías de Indias inglesas, francesas, holandesas, instalaron  una economía-mundo capitalista basada en la explotación. Con los vientos de la revolución industrial, la modernidad, el capital y esta América nacieron el mismo día[3]. Los independentistas injertaron las Luces racionalistas e ilustradas; las sucesivas oleadas inmigratorias y la planetarización de la World Wide Web completaron el cuadro de lo que Rita Segato llama “la heterogeneidad de la realidad latinoamericana (económica, social, civilizatoria) en permanente e irresoluble suspensión”[4]. Esta América hoy es a la vez premoderna, moderna y postmoderna. Los países, inexorable y penosamente se fueron incorporando a la era posindustrial; el saber cibernético, convertido en la mayor fuerza de producción de los países desarrollados “es el principal embudo para los países en vías de desarrollo”[5]. Agrega Lyotard: “nada se puede decir del saber si no se sabe nada de la sociedad donde aparece”[6].

 

¿Por qué DE INCONSCIENTES?

La postmodernidad es el marco epocal de la página argentina que hoy cumple cinco años, donde se cruzan las voces del psicoanálisis y se ofrece además un amplio margen para la cultura, la actualidad y la inmediatez de la información. Pienso en el acierto del nombre que designa este conjunto y sus entrecruzamientos: De inconscientes. Cuando Iara Bianchi bromea, “inconsciente tenemos todos”, en esa indeterminación lúdica muestra un humor que surge por doquier en su página y un inconsciente flou que aloja todo lo que se desee alojar en él; siempre pude caber algo más. En cambio, cuando decimos “psicoanálisis” nos enfrentamos a un inconsciente de otro orden.

¿Hay otros inconscientes? Siempre los hubo y los habrá. Un científico escocés, Lancelot Law Whyte (1896-1972), publicó en 1960 su libro: El inconsciente antes de Freud. Ingeniero, científico, banquero, filósofo, militante contra el fascismo en la segunda guerra, fue un antifreudiano furioso. Frente a otras ideas de lo inconsciente, la de Freud le parecía oscura e irracional, “anticlásica, antieuropea, y antiilustración” pues lastimaba su ideal de libertad[7]. Law Whyte podía admitir “el elemento vital sobrante” manifiesto en tantos fenómenos que desafían el  pensamiento racional. Pero Freud había ido demasiado lejos; la teoría de la pulsión de muerte introducía “el desorden freudiano”, lo “demoníaco” de la repetición; una rajadura fatal para el cientificismo de la primera modernidad. El dispositivo analítico creaba una práctica para cernir “la zona de las larvas” y hacer hablar a la mudez del síntoma. Desde Freud y sus primeros discípulos, fuera de los consultorios (en la extensión del psicoanálisis) se tramaban sin fin grupos, actividades, enseñanzas, publicaciones.

 

UNA POLÍTICA QUE IMPLICA UNA ÉTICA

En esta página que se propone plural, ambiciosa, variada, el psicoanálisis ha sido el motor del impulso inicial. ¿Cuál es el lugar del psicoanálisis en De Inconscientes, con su vocación de informar, de comunicar, de extender el campo de las inquietudes? El psicoanálisis en extensión otorga la posición ética de la Página: no al positivismo, al determinismo, al fanatismo, al utilitarismo, al capitalismo salvaje.

Lyotard incluye el aspecto agonístico de la información, es decir, la lucha, la tensión entre combatientes, la competencia entre poderes políticos o económicos. En De inconscientes las reglas lo impiden; la página tampoco se ocupa de la legitimación de los contenidos, ni de salvar los involuntarios errores lógicos que Lyotard llama paralogismos. Como señala el mismo autor, “el uso de estos lenguajes no es indiscriminado; está sometido a una condición que se puede llamar pragmática, la de formular sus propias reglas y pedir al destinatario que las acepte”[8]. Dice Lyotard: esa libertad implica la renuncia al terrorismo del para-todos homogeneizante.

En el campo de la extensión del psicoanálisis, la página de Iara Bianchi no desdeña la excelencia, los medios y la velocidad de la información que ofrece la moderna informática. Los contenidos se traducen en cantidades de información. En los tiempos de la descomposición de los grandes relatos y del desinterés en los héroes y en los monumentos, en la pasada navidad Iara Bianchi pudo ponerle a la foto del Dr. Freud un gorro de Papá Noel sin temor a ser irreverente. Surgen en la página los juegos de lenguaje, los aforismos, la literatura, los dichos ingeniosos, las humoradas, todo lo cual articula y sostiene “el mínimo de relación exigido para que haya sociedad”[9]; el lazo social no es al fin otra cosa que juegos de lenguaje. ¿Es así para el psicoanálisis?

 

¿A QUÉ LLAMAMOS PSICOANÁLISIS?

El psicoanálisis es un discurso que atraviesa la amplitud comunicacional. Cuando toman la palabra los psicoanalistas la página se vuelve ocasión para la transmisión del psicoanálisis como tal, en todas las perspectivas. En los inicios de De Inconscientes estuvo la serie psicoanalítica de sus videos donde no faltan las voces lacanianas. ¿A qué llamamos psicoanálisis? Dice Lacan en 1964: “sin Freud, sin este tronco, sin este mástil, sin esta estaca, ¿dónde anclar nuestra práctica?”[10]. En el epílogo del mismo seminario, casi diez años después, es manifiesto que los nuevos vientos han llevado la embarcación lacaniana muy lejos, ¡a contar con los lenguajes posmodernos para llevar a la enseñanza de Freud “el relámpago que ella necesita”!

En los años sesenta la cuestión de la legitimación del saber científico se planteaba en nuevos términos. La mecánica cuántica y la física atómica habían abierto el campo de lo impredecible y de lo imposible de medir. Un amigo de Lacan, René Thom[11], incluía en el lenguaje matemático las discontinuidades, la inestabilidad de un sistema, lo indecidible. “El carácter más o menos determinado de un proceso es determinado por el estado local de ese proceso”; solo hay islotes de determinismo. La invención puede estar emparentada con el bricolaje. Lacan no fue ajeno a los tiempos; el psicoanálisis aprendió de la ciencia. La práctica analítica debió sortear el inconsciente palabrero, cernir su propio real (que no es el de la ciencia), alcanzar la singularidad del ser que habla prisionero de la satisfacción del síntoma que insiste y se repite. De las topologías de superficie a la topología de los nudos, Lacan puso en acto la función de la escritura.

 

PARA CONCLUIR

De Inconscientes: un lugar, todas las voces, todas las perspectivas; al canalizarlas hacia la difusión de las actividades y los eventos de sus instituciones, se sitúa claramente en el campo de la extensión del psicoanálisis. Pero cuando las voces, una por una, testimonian del acontecimiento Freud, hay ocasión de que en el campo de la extensión la difusión del psicoanálisis se anude con lo transmisible de una experiencia.

 

BIBLIOGRAFÍA

[1]  Lyotard, J.-F., La condición postmoderna, Buenos Aires, Planeta, 1993, p. 14.

[2] ¿Por qué no incluir lo afro? Los árabes antes, y los portugueses desde 1441, captaron el gran negocio de las tribus africanas que se deshacían de los desclasados. Se traficaron de tal modo que en la Buenos Aires colonial la tercera parte de la población estaba formada por esclavos negros.

[3] González Táboas, C., “Colonización-Descolonización: Intemperie” La cita fallida 3. En Argentina. De la mirada al inventario, Buenos Aires, Grama, 2019, p. 241.

[4] Segato, R., “La perspectiva de la colonialidad del poder”, Palermo, Z., Quintero, P. (comp.), Aníbal Quijano: textos de fundación, Buenos Aires, Del signo, 2014.

[5] Lyotard, J.-F., La condición postmoderna, op. cit., p. 17.

[6]  Ibídem,  p. 37.

[7] Law Whyte, L.,  El inconsciente antes de Freud, México, J. Mortiz, 1963, p. 98.

[8] Ibídem, p. 91.

[9] Lyotard, J.-F., La condición postmoderna, op. cit., p. 44.

[10] Lacan, J., Seminario 11, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, Buenos Aires, Paidós, 1986, p. 18-19.

[11] René Thom (1923-2002) Matemático francés, desarrolló la teoría de las catástrofes y trabajó en el campo de la topología. Autor de Estabilidad estructural y morfogénesis (1972) y Modelos matemáticos de la morfogénesis (1980).

Transcripción del video:

Yo le escribía un amigo que tengo que es un comunicador con una larga trayectoria, le dije: “Por favor abrí la página de Iara, De Inconscientes, a ver qué impresión te causa”. Y me escribió lo siguiente: “Se ve muy bien esa página” —no es psicoanalista ni nada por el estilo—, “Claramente más linda que el promedio del mundo cultural, ¿cuánta y a qué gente se dirige?”, esa fue la pregunta propia de él.

Iara, por otro lado, en algún momento, me escribe y me dice que todas las voces del psicoanálisis están reflejadas en De Inconscientes y que se trata de comunicar e informar. A mí me rompió la cabeza eso. Yo decía: “¿Cómo se juntan el psicoanálisis con la postmodernidad?”. Cuando yo en Navidad vi a Freud con un gorro de Papá Noel se imaginan, por la edad que tengo, que me sobresalté: ¡un gorro de Papá Noel sobre la cabeza de Freud con unos anteojos oscuros! Entonces pasó por ahí mi joven asistente y me dijo: “Eso es postmoderno”.

Y empecé a trabajar con la idea de la postmodernidad porque soy así, busco las cosas. Entonces agarré un libro de Lyotard —que tenía en la biblioteca y que nunca había entendido y ahora entendí gracias a Iara—, que es un informe sobre la condición postmoderna. Un libro que es de los setenta pero resulta que nosotros en esta América, en la América afro indo luso hispana, las cosas vienen con retraso por las condiciones obvias de la cultura —de lo cual no quiero hablar ahora pero me tienta mucho, es mi tema—.

La cuestión es que estamos frente a algo muy particular. Esta página solo puede ser argentina, por favor, solo puede ser argentina; donde está la postmodernidad metida, cruzada, articulada con el psicoanálisis. Esto solo pasa en Argentina. Esta cantidad de psicoanalistas, este mundo psicoanalítico solo —les puedo asegurar— pasa en Argentina. ¿Por qué? Por las condiciones de la cultura. De lo cual, insisto, no me tiento a hablar, pero es así.

Claramente la página de Iara está en el campo de la extensión del psicoanálisis: todos nosotros somos psicoanalistas. Ese es el campo de la extensión del psicoanálisis. Pero resulta que ese campo de la extensión del psicoanálisis está leído por Iara en clave de postmodernidad.

¿Qué es la postmodernidad? Se los voy a decir muy brevemente porque soy breve para hablar, no se asusten. El texto de Lyotard que es La condición postmoderna, el informe, es un informe sobre la condición postmoderna que es del año 1979. ¿Qué es la postmodernidad? Es la reconstrucción de Europa en los años cincuenta después de dos guerras asesinas, imperialistas. No quedó creencia en pie después de las dos guerras, no quedó nada en que creer. Con la postmodernidad se acabaron los relatos, se acabaron las narraciones heroicas, se acabaron los héroes, y a Freud se le podía poner un gorro de Papá Noel perfectamente. Porque ya no creíamos en los dioses.

Les digo una mala noticia: en esta América no es tan simple. La postmodernidad viene arrastrándose. Y lo dice Lyotard: “Nada se puede decir del saber si nada se sabe de la sociedad donde aparece”. Entonces, ese saber, en la sociedad donde aparece, se cruza con el psicoanálisis. El psicoanálisis es, efectivamente, un efecto de esta cruza de culturas de la que somos resultado.

Y esta amplitud, todos ustedes acá… Recién hablábamos en la mesa con Gustavo Dessal, con Gabriel Lombardi, con Fabián Schejtman, con Laura Arias, con Nieves Soria, de eso, de cómo estamos en una cultura que nos permite esto que está sucediendo aquí y que permite esa página de Iara, que es postmoderna, no hay ninguna duda. Cruzada con el psicoanálisis que no es postmoderno, porque el discurso analítico atraviesa todos los discursos.

El discurso analítico solo se puede mencionar hablando de Freud: Freud es el que descubre eso que está detrás, eso que llamamos síntoma, eso que causa el sufrimiento humano, la pulsión, la represión; es bien oscuro lo que Freud pone. Había un escoces que se llamaba Law Whyte que odiaba a Freud porque decía: “Siempre tuvimos idea de lo inconsciente”.

El nombre De Inconscientes es un acierto de Iara genial porque decir De Inconscientes… Cuando uno habla con Iara, es muy divertida y, además, le pone un humor a esa página… Es algo genial entre los psicoanalistas que haya humor, cosa rara. Entonces, Iara, que tiene mucho humor, en De Inconscientes pone esta dimensión de apertura. De Inconscientes no se refiere para nada al inconsciente freudiano. Para nada. Es lo que dijo Élida: el “inconscientes” del que habla Iara, los “de inconscientes” somos todos nosotros.

Entonces, ¿cómo se cruzan en la página el inconsciente freudiano, el inconsciente que encontramos en el sufrimiento humano, el que encontramos en el consultorio y los inconscientes que somos todos nosotros? ¿cómo se cruza eso? ¿cómo se cruza la postmodernidad con el inconsciente?

Pues, la postmodernidad es lo que hace Iara en la página: humor, fragmentación, movimiento, actualidad, información, comunicación, todo eso. Todo eso es la extensión del psicoanálisis puesto que Iara dice: “Todas las voces del psicoanálisis”. “No hay espacio”, dice Iara, “donde haya tantas voces del psicoanálisis”. Y tiene razón. Es así. Entonces, ¿dónde está el psicoanálisis en su eticidad, en su raíz verdadera que nos reúne a los psicoanalistas? ¿dónde está la raíz del psicoanálisis, la pulsión, la repetición? Yo tengo una hipótesis, se la comunico a Iara, vamos a ver si está de acuerdo: mi hipótesis es que en los videos de Iara —y con eso empezó De Inconscientes tengo entendido—.

Voy a aprovechar para decir que Gustavo Dessal vino un día a mi casa y me dijo: “Tenés que conocer a Iara Bianchi”. Y nos comunicamos enseguida ambas. Nunca hubo un video mío porque yo no tenía interés. Yo quería conocer a Iara. Y valió la pena verdaderamente conocer a Iara. Y realmente encontrarme con alguien que tuviera esa ansia, ese anhelo de que todas las voces estuvieran ahí, y verdaderamente es lo que hace ella: todas las voces.

Ahora, ¿dónde está el psicoanálisis en esa página postmoderna, fantástica? El psicoanálisis está en los videos. ¿Por qué? Porque en los videos es donde hay oportunidad de que algún psicoanalista —no importa cuál de las voces, cuál de los ámbitos— pueda testimoniar de la experiencia analítica.

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Carmen González Táboas

Carmen González Táboas 
Psicoanalista

Aquí el video del festejo del Quinto Aniversario!!!

Comentario
  • Gustavo

    Entre “todas las voces”, esa noche no podía faltar la de mi admirada Carmen González Táboas. Uno de los nombres propios del amor por el psicoanálisis. Infatigable tejedora de discursos, hila la hebra de su poderosa escritura de un modo especial. Todo encuentro con ella es una oportunidad para aprender algo nuevo.

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