“Estamos viviendo una experiencia muy especial, muy particular, muy infrecuente”.
En palabras de Gustavo Dessal:
“Creo que este es el punto de partida para comprender que, con independencia de que pertenecemos a orientaciones distintas, a distintas instituciones, que tenemos lecturas particulares, modos distintos de entender, hay algo que nos reúne: nos reúne el psicoanálisis. Pero necesitamos una ocasión muy particular, necesitábamos de un espacio muy singular como es De Inconscientes”.
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Transcripción del video:
Creo que todos somos plenamente conscientes de que estamos viviendo una experiencia muy especial, muy particular, muy infrecuente. Y es sorprendente que alguien tan joven, pero con un deseo tan intenso, haya podido lograr algo que creo que muy pocas veces se ha producido a lo largo de la historia del psicoanálisis y es que de “la gran nación psicoanalítica”, como se dice, de “la gran nación sioux”, hoy estemos presentes representantes de un buen número de tribus y que podamos compartir este encuentro. No solamente conversar entre nosotros, estar bien, pasarla bien, sino haber aceptado los que aquí estamos formar parte de este proyecto que —creo que todos ya lo han expresado de una u otra manera— lleva la marca de Iara Bianchi.
He podido conocerla un poco y he podido comprender cómo se ha logrado construir esta idea. Se necesita una posición subjetiva muy particular, como para cualquier cosa que se hace. Para poder haber hecho De Inconscientes —además de un equipo extraordinario que ella ha sabido convocar porque como una flautista de Hamelín atrapa gente, pero no para arrojarlas en ningún río sino para hacer construir algo magnífico como esta página— se necesita efectivamente tener una posición subjetiva muy particular. Una posición que, cuando tuve la fortuna de conocerla —desde ya soy una de las tantas personas que está profundamente agradecido a la oportunidad que ella nos brindó de abrirme un espacio en esta intención— comprendí que, efectivamente, había algo en lo cual yo me reconocía: yo también soy un poco iconoclasta, como decía Blavatsky. Porque para hacer esto hay que ser un poco iconoclasta, es decir, hay que descreer —ya los que me han precedido lo han expresado de varias maneras— de la adoración a los dioses del psicoanálisis; eso no significa no respetarlos.
Hay algo de eso que yo encontré en Iara y en la que me sentí muy reflejado porque, con todo el respeto, he tratado a lo largo de mi relación con el psicoanálisis de decir que sí y decir que no a muchas cosas. Especialmente con todo lo que tenga que ver con la dimensión institucional. Pertenezco a una institución a la que respeto y en la que estoy muy reconocido, pero eso no me ha impedido establecer lazos con muchas personas y creo que eso no solamente beneficia al psicoanálisis sino que nos enriquece a todos.
De manera que no sé cuánto tiempo vamos a necesitar para volver a tener un encuentro como este. No lo vamos a hacer todos los años supongo, aunque sería muy grato. Pero creo que este es el punto de partida para comprender que, con independencia de que pertenecemos a orientaciones distintas, a distintas instituciones, que tenemos lecturas particulares, modos distintos de entender, hay algo que nos reúne: nos reúne el psicoanálisis. Pero necesitamos una ocasión muy particular, necesitábamos de un espacio muy singular como es De Inconscientes.
Ya han dicho las múltiples interpretaciones que se pueden hacer del nombre que, efectivamente, es un acierto. Iara misma tenía que ser un poco inconsciente para atreverse a meterse con estas distintas tribus de la nación analítica. Precisamente porque en ese sentido ella es un poco inconsciente (ahora no lo es tanto, ya aprendió un poco a manejar las distintas lenguas) es como ha podido ella construir —con todo su equipo, insisto— y darle esta marca “Un lugar. Todas las perspectivas” que me parece que es quizá el sintagma que caracteriza a este espacio, a este lugar donde hemos sido convocados a intervenir, a hablar y se va ampliando. Comienza siendo un lugar donde el discurso analítico tiene la palabra fundamental, que se va abriendo, que va incluyendo la relación con la cultura, con la literatura, que introduce el humor (algo en lo cual me reconozco). Freud tenía un gran sentido del humor. Hans Sachs, uno de sus discípulos, cuando llego a los Estados Unidos, durante un tiempo no pudo practicar el psicoanálisis porque no dominaba el inglés y no podía contarle chistes a los pacientes. Yo tampoco podría practicar el psicoanálisis en una lengua en la que no pudiera contar chistes. Iara tiene un gran sentido del humor.
Carmen con su papelito… Debo decir que solo en mi vida he visto dos personas hablar magistralmente solamente con un pequeño papelito en la mano. Uno es a mi querido Zygmunt Bauman y otro es a Fontanarrosa que, con un papelito así de chiquitito como el de Carmen, eran capaces de improvisar una intervención tan magnífica como la que acabamos de escuchar.
Entonces, creo que como cierre me corresponde, me parece que en nombre de todos (y esto es otra cuestión que nos reúne) agradecerle a Iara habernos invitado, habernos hecho un lugar en su invención. A ella y a todo el equipo, porque esto está sostenido por muchas personas que ponen realmente mucha vocación, mucha creatividad, mucho amor.
Espero que la página pueda mantener ese espíritu plural, ese espíritu abierto, y que pueda realmente lograr que poco a poco (porque algunos se han resistido a ello) poder, de tanto en tanto al menos, tener encuentros como este en donde podemos codearnos, en donde podemos compartir, aunque después cada uno retorne a su pequeña guarida, a su pequeña interpretación, a su pequeño narcisismo. Tenemos aquí la oportunidad de poder compartir y salir de ese solipsismo y darnos cuenta de que, con independencia de que haya modos distintos de poder pensar, distintas orientaciones, compartimos —estoy de acuerdo con lo que ha dicho mi colega psiquiatra— algo fundamental: tenemos la fortuna de ejercer un oficio que nos permite abrirnos a lo que es el teatro del mundo; ser testigos activos y partícipes de la intimidad de las personas que sufren. Y sin una intervención directiva, no tratamos de convencer a nadie ni de dirigir las consciencias. Creo que es una oportunidad magnífica que tenemos y que es una suerte que gracias a De Inconscientes, y a la inconsciencia de Iara de haber inventado todo esto, podamos, más allá de nuestras diferencias, disfrutar de la fortuna de ejercer un oficio tan singular y tan maravilloso.
Gustavo Dessal
Psicoanalista. Escritor. Colaborador inconsciente
Aquí el video del festejo del Quinto Aniversario!!!