“Escribo porque es una manera de exorcizar mis fantasmas porque también fue una manera de encauzar la angustia.”
Gustavo Dessal responde:
Transcripción del video:
¿Por qué escribo? No me es muy difícil. Aprendí a leer y escribir de muy pequeño, con cuatro años. Primero empezó, por supuesto, la lectura. Primero soy lector que escritor. Los libros formaron parte de la historia de mi infancia porque nací en el seno de una familia de lectores empedernidos, rodeado de una biblioteca donde había lo más exquisito de la literatura clásica. Tanto mis abuelos como mis padres eran grandes lectores y me inculcaron desde muy pequeño el amor por la literatura y la lectura.
La lectura fue para mí el primer recurso para combatir la angustia de la neurosis infantil que se apoderó de mí muy tempranamente como en tantos niños neuróticos; y hoy en día para mí uno de los refugios fundamentales cuando atravieso algún momento de desasosiego, de angustia, es refugiarme en la lectura.
La lectura sigue siendo el mundo donde conservo el territorio de la infancia. Yo leo un libro y experimento, cuando un libro me atrapa, yo vivo la trama como si formara parte de la acción. Es algo que exijo de la literatura y que trato yo como escritor de recrear. Para mí la literatura no es una experiencia intelectual, la literatura de ficción es una experiencia total y absolutamente vivencial. Como cualquier otra manifestación artística el aspecto más intelectual, más racional, es lo que menos me interesa. Un cuadro me tiene que emocionar, una canción una melodía me tiene que emocionar, un libro me tiene que emocionar; y que sea escrito por uno de los más grandes escritores y no me emociona, pues no me emociona, y no tengo ningún empacho en reconocer que hay autores que pueden ser extraordinarios desde el punto de vista técnico, y que reconozco su maestría, pero que a mí no me dicen nada, y que otros que a lo mejor no tienen tanto prestigio, me conmueven. Escribo, leo, para calmar la angustia. Eso fue el origen que me llevó a la lectura, después eso se convirtió en un goce del cual no puedo prescindir. Por ejemplo, no soy aficionado a las series, las famosas series que sé que hay muchísimas extraordinarias. No tengo tanto tiempo, si tengo que elegir entre leer y ver una serie, prefiero leer. Mi goce está mucho más implicado en la lectura. Escribo también desde muy pequeño.
Escribo porque es una manera de exorcizar mis fantasmas porque también fue una manera de encauzar la angustia. Escribo porque hay ciertas experiencias que me conmueven y que necesito expulsarlas de mí mismo a través de la escritura. Para mí toda escritura es autobiográfica, lo cual no quiere decir que uno esté contando la vida o la historia. Es autobiográfica porque yo creo que los síntomas y los fantasmas del autor están siempre presentes en toda obra. Pueden estar de forma más directa o de forma más disfrazada pero están.
Me identifico muchísimo con una cosa que dijo una vez García Márquez, hablando a la distancia por supuesto, cuando le preguntaron porqué escribía y dijo: para que me quieran. Me pareció una respuesta maravillosa con la cual me sentí identificado. Yo escribo para que me quieran. Quiero decir, escribo porque el reconocimiento que a lo mejor en otro plano como el del psicoanálisis, no digo que no tenga un valor para mí, por supuesto, pero el reconocimiento cuando alguien me dice que ha leído algo que he escrito y que le ha gustado y que se ha emocionado, a mí eso me proporciona una inmensa felicidad y eso forma parte también de aquello que me hace escribir. Por eso para mí escribir es publicar también, dar a conocer. Es una actividad íntima, es una actividad solitaria, el proceso creativo, pero eso tiene que llegar, tiene que darse a conocer. Así como Lacan decía ‘yo no escribo para ser leído’, que era una de estas cosas que Lacan decía para sorprender a la gente, para hacerla pensar; yo escribo para que me lean. Y me encanta que me lean y me encanta cuando alguien me dice que le ha gustado lo que he escrito. Hay una satisfacción no sólo en el proceso creativo sino que también hay una gran satisfacción en el recibir el mensaje del lector, que además es maravilloso porque los lectores me devuelven en sus lecturas aspectos de lo que escribo que a mí ni se me habían pasado por la imaginación y me parece maravilloso cuando alguien descubre lo que yo ni sospechaba que había escrito. Eso es una experiencia importante para mí también.
Entrevista realizada por Iara Bianchi.
Gustavo Dessal
Psicoanalista. Escritor. Colaborador inconsciente
Iara Bianchi
Directora Editorial. Psicoanalista