
Mónica Testoni: ”Me poseen los personajes y me aíslo, se van de mi cabeza y trabajo en periodismo. Escribí un policial que se llama Secuestro Express, basado en una experiencia personal, y después una novela, Chicas escarlata Mujeres carmesí…”
Mónica Testoni responde:
Para mí hoy es un oficio que me da mucho trabajo. No me resulta fácil escribir, escribir bien menos, y que te lean es más dificultoso. Es una tarea ardua y poco rentada. Escribo con dos objetivos distintos: uno informar y el otro fantasear. También son tiempos distintos. Cuando escribo no es que dejo el periodismo y a los dos minutos me engancho con las novelas. Como que cuando me encierro hago una cosa y después hago la otra.
No logré mezclar: me poseen los personajes y me aíslo, se van de mi cabeza y trabajo en periodismo. Me levanto pensando en ellos, me voy a dormir, van creciendo solos y al trabajarlos es como que se retroalimenta todo, el personaje y el trabajo va creciendo. Siempre arrancás de alguna idea, al menos yo arranco de alguna idea, pero después va mutando, a medida que trabajo va mutando. Por ahí un personaje que era chiquito en una semana pasó a ser una estrella de protagónico y otro que era muy protagónico queda desdibujado. Después, una vez que termino, trato de balancear: si me quedó algún cabo suelto vuelvo sobre eso, le busco un final, tengo que atar las historias porque me quedan un poco sueltos algunos personajes.
Secuestro express, policial autobiográfico
Empecé porque llegué por una experiencia personal de un secuestro express a tener un contacto con el policial. Al ser abogada conozco lo que es en teoría el debido proceso, lo que es ser víctima, pero todo en teoría. Es muy distinto cuando sos víctima de la violencia urbana y de repente tenés que —encima de que estás mal por la situación que tuviste que pasar, por el estrés postraumático— mover al sistema penal, ratificar la denuncia, ir al reconocimiento de los detenidos si es que hubo, pasar horas en la fiscalía. Lo que menos querés en ese momento es estar en contacto con los delincuentes y con la policía, pero después que te pasó algo tenés que hacerlo si querés que el debido proceso funcione.
Entonces, en ese momento dejé el periodismo de lifestyle porque me dejó de interesar. Básicamente entré en contacto con una realidad de la violencia que me sacó de tema. Yo escribía todas cosas lindas y de gente exitosa (como te contaba al principio) mientras muere gente o golpean gente, entonces me dejó de interesar el tema de lifestyle y pasé un poco a ocuparme en ese momento de mi caso particular.
Como toda la historia en sí pasó en dos meses (en dos meses terminaron detenidos) y yo estuve muy protagonista en ir a leer las escuchas telefónicas y me involucre en el caso, tenía un material increíble para escribir… y entre un poco de catarsis y un poco de policial entretenido escribí Secuestro Express.
Tuve que ficcionar porque todos los que participaban de alguna manera tenían que ver con el caso, desde el fiscal hasta los detenidos y mi familia. Con lo cual tuve que ficcionar porque no quedaban todos bien. Hay gente que está detenida por el libro… bah, no por el libro, porque me secuestraron.
Lo que hice fue resignificar el hecho, y mi oficio de escribir lo apliqué a mi caso. Capáz que si era de otra profesión hacía otra cosa, pero a mi me sirvió para resignificar lo que pasó.
También me parece que tiene un mensaje claro en despertar a la sociedad. No es casual la violencia que tenemos, creo que hay una sociedad de indiferencia hacia la violencia y hacia la víctima, con lo cual no es que yo crea que son solamente los delincuentes o el narcotráfico los culpables, creo que hay una sociedad totalmente individualista que no colabora a ayudar a parar el flagelo de la violencia.
Entrevista realizada por Iara Bianchi.