“Cuando digo que no creo en el progreso humano, no quiero decir que las personas, a título de uno por uno, no puedan mejorar sus vidas y que hagan esfuerzos. Cuando digo que no creo en el progreso es porque la historia demuestra que los seres humanos no somos mejores hoy que antes de Cristo”.
Inconsciente 3.0 es el libro en el que el escritor y psicoanalista Gustavo Dessal expone temas de actualidad, mundos que parecen ficcionados pero no lo son. La ficción supera la realidad que va describiendo en supuestos avances llamados “progreso”. Hay avances, pero no los de un “ser humano mejor”.
Mira el vídeo en el que Dessal nos habla del progreso…
En la introducción de Inconsciente 3.0, Dessal escribe:
«Se confía en que la tecnología podrá dar solución a todo, o a casi todo. Gracias a la tecnología, lograremos alzarnos por encima de los límites que pesan sobre la condición humana y alcanzar un estatuto inédito.
Esta visión se basa, fundamentalmente, en la creencia de que las asombrosas conquistas que se han realizado en materia de telecomunicaciones pueden ser extrapoladas a otros ámbitos, como por ejemplo al de la nanotecnología aplicada a la biología humana.
La intensa campaña de marketing desplegada por los profetas de la tecnología, con el apoyo sostenido de los medios de comunicación (que han sumado al sensacionalismo de los crímenes el reclamo publicitario de presuntos descubrimientos mágicos, sobre todo en materia de salud), intentan convencer a la opinión pública de que el progreso es un movimiento que se expande de forma cada vez más rápida y sin retroceso.
Aunque esto puede ser cierto en algunos ámbitos, en otros resulta al menos dudoso, cuando no completamente falso. Esta confianza ciega en la omnipotencia tecnológica no es un fenómeno nuevo, pero ha cobrado un impulso mayor en las últimas décadas, en buena medida gracias a los logros de los ingenieros informáticos pero también debido al espíritu profundamente religioso que subyace a este optimismo exaltado.
El transhumanismo es quizá el mejor exponente de esta posición radical, que concibe el advenimiento de un punto de inflexión en la historia de la humanidad: augura la llegada de un acontecimiento mesiánico bajo la forma de una inteligencia artificial que habrá de superar a la de los seres humanos.
Lo serio de este discurso es el hecho de estar auspiciado y promovido por inmensas fortunas que han apostado a conquistas tales como la curación de todas las enfermedades y la realización del sueño de la inmortalidad.»
Gustavo Dessal
Psicoanalista. Escritor. Colaborador inconsciente