”Me ha tocado, con adolescentes sobre todo, empezar a atender al joven o a la joven y continuar atendiendo a alguno de los padres.”
Diego Zerba responde:
Transcripción del video:
Me ha tocado, con adolescentes sobre todo, empezar a atender al joven o a la joven y continuar atendiendo a alguno de los padres.
Un caso fue con una chica de 14 años que tenía diagnóstico de esquizofrenia, estuvo internada en el Tobar García y tenía un pronóstico muy malo.
Vino la chica a una entrevista pero no quiso continuar. Pero la que quiere continuar hablando sobre la situación es la madre.
Esta chica venía con una medicación muy pesada, pero en el momento que yo la entrevisté no parecía mucho más que una adolescente media ‘rebeldona’.
Hablando con la madre ella empieza a contar su historia y en su historia la madre de ella era definida más o menos como definía a su propia hija.
Siempre insatisfecha, superficial, que producía discordia. Lo mismo que decía de la hija. Entonces, de una manera notable, ella trataba a la hija como a su madre, la trataba de satisfacer. Por ejemplo, haciéndole comidas adecuadas para una dieta.
La chica tenía problemas de sobrepeso. La verdad que lo que producía es que comiera más aún.
Ahí en donde ella insistía que nunca se quedaba satisfecha, efectivamente lo que ponía en la relación con la hija es lo que le pasaba en su historia con la madre.
Siempre estaba insatisfecha. Entonces, trataba de satisfacer a una madre en la hija; y ¿qué producía? Obesidad, entre otras cosas.
También algunos acting outs y pasajes al acto que motivaron la internación; como ataques violentísimos contra la madre. La molía a trompadas a veces…
Ese diagnóstico, a mi gusto, era totalmente inadecuado. Lo que estaba sucediendo era que ahí en donde la hija demandaba a la madre, en términos de Winnicott, no había un adulto a la altura de los acontecimientos.
¿Qué sería la posición de un adulto? Brindarle a la adolescente, en este caso, un marco flexible porque era lo que, en definitiva, le estaba demandando.
En ese orden, trabajando su historia con respecto a su madre empieza a cambiar de posición frente a la hija, le di una indicación una vez.
¿Por qué trataba de hacerle los platos más ricos para que se colmara su saciedad?
A lo mejor era más interesante hacer un plato para que se quede con ganas, no para que se colme.
Empezó a hacer platos más a la ligera y menos concienzudos. La chica empezó a comer menos y a enojarse menos con la madre.
No era tanto satisfacer a una madre, sino contener la demanda de una hija.
Entrevista realizada por Iara Bianchi