”El autismo es una función subjetiva singular. Hay un corte del lazo con el otro. Ese corte nunca es total. Me gusta más hablar de un lazo sutil del niño autista.”

Transcripción del video:

El autismo es un funcionamiento subjetivo singular. El autismo tiene una larga historia dentro del psicoanálisis porque hubo muchos psicoanalistas en el siglo XX que se han ocupado, desde distintas orientaciones teóricas, en tratar de especificar qué es el autismo. Ya hay casi un siglo de autismo. Leo Kanner fue quien empezó a reflexionar sobre eso e introdujo, en los ‘30, el autismo infantil de Kanner. En realidad, en el ‘43 se introduce su diagnóstico de síndrome de autismo infantil de Kanner e inmediatamente después Asperger introduce lo que es el síndrome de Asperger, y desde entonces no ha parado de crecer la inquietud y la preocupación entorno al autismo.

A lo largo de todo el siglo XX se ha tratado de especificar y establecer las relaciones y diferencias entre la psicosis y el autismo, poniendo énfasis en distintos aspectos. Eso que fue un trabajo que fue creciendo paulatinamente, se ha transformado en lo que es el espectro autista; porque autismo nombra un espectro de distintas presentaciones que no son siempre las mismas, distintas relaciones con lo que se llama el borde autista. Y fundamentalmente el autismo puede entenderse como un sujeto sin cuerpo, sin constitución del cuerpo, con la particularidad de estar inmersos en lo real y una inscripción de lo que se llama iteración. Iteración es un término introducido por Jacques A. Miller para nombrar un significante que se escribe una vez y no logra inscribirse como tal. Es como que no logra la inscripción correspondiente a una inscripción simbólica. Entonces Eric Laurent utilizó ese término, que nombra un Uno solo para decir que en el autismo hay una iteración sin cuerpo. Esto que puede parecer muy teórico nombra fenómenos clínicos precisos.

En general, al autismo se lo describe como unas conductas estereotipadas, el aislamiento, la repetición, el corte del lazo con el otro; la iteración es esto mismo, es la repetición, por ejemplo, de siempre el mismo juego, siempre la misma palabra, la emergencia de lo que se llama las frases espontáneas, que se dicen una vez y no se vuelven a repetir, la construcción de circuitos que arman secuencias a través de los juegos, que se van repitiendo siempre iguales. Esto involucra el uso del lenguaje como también lo que puede ir trabajando y armando el propio niño y, por otro lado, eso que se llama ‘que no tiene cuerpo’ se traduce clínicamente los fenómenos con esta modalidad que el niño autista si se golpea no llora, no siente dolor. Hay algo que no se ha constituido ni a nivel de lo imaginario, como la imagen del cuerpo que totaliza; ni a nivel de lo simbólico, que nos permite nombrar cada una de las partes del cuerpo. El cuerpo fragmentado por lo simbólico se une con la imagen total, que es la imagen especular, y no hay eso en el autismo. Hay un corte del otro, el otro se vuelve especialmente intrusivo, lo cual dificulta la crianza, tanto para la alimentación, el aprendizaje, el control de esfínteres. Está esa experiencia del otro intrusivo y este corte del lazo con el otro. De todas maneras hay que decir que ese corte nunca es total, me gusta más hablar de un lazo sutil del niño autista porque veo los niños que llegan del brazo de sus padres, abrazándolos; por ahí rechazando la mirada o no respondiendo una demanda pero, no obstante, queriendo estar con ellos. No se puede decir que estén totalmente fuera del lazo, al menos no todos los casos y, por otro lado, en el esfuerzo del niño autista por rechazar al otro tiene que tener algún tipo de percepción de la presencia del otro para poder rechazarlo con vigor.

Está la idea que, en la medida que el analista logra ponerse en contacto con el niño, hay que poder aprovechar la contingencia sutil del encuentro para poder provocar, para poder aceptar; no dejar pasar este momento de apertura del niño. En la medida que el analista logra ponerse en contacto con esta caparazón autista puede incluir otros objetos y producir un desplazamiento de este encapsulamiento autista, que no es algo que se pega a la superficie del cuerpo, de modo tal de incluir más objetos y personas a su mundo.

Entrevista realizada por Iara Bianchi.

Silvia Tendlarz

Silvia Tendlarz 
Psicoanalista

Iara Bianchi

Iara Bianchi 
Directora Editorial. Psicoanalista

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