“Estamos en la época del complejo de Telémaco. Telémaco es el hijo de Ulises que está medio disperso, distraído —lo que hoy sería un TDA, estaría diagnosticado de hiperactividad y falta de atención— porque está esperando que vuelva el padre que está de viaje por el Mediterráneo en esa famosa odisea. Telémaco es el que queda mirando al horizonte esperando que vuelva el padre y ponga orden en la polis.”
Joseph Knobel Freud responde:
Transcripción del video:
Creo que lo que define a este época es la carencia que tienen los niños y los adolescentes de tener límites, alguien que les diga “esto no lo podés hacer”. Hay padres muy adolescentes que cuidan de hijos niños con lo cual los niños se sienten muy solos y desamparados. Los adolescentes entran en competencia con sus padres adolescentes. Cuando digo adolescentes me da igual la edad, hay una actitud adolescente en esos padres que hacen lo que yo llamo una “dejación” de las funciones parentales y nadie pone orden.
Parafraseando a un autor que me encanta que es Massimo Recalcati, diría que ahora estamos en la época del complejo de Telémaco. Él opone el complejo de Telémaco al complejo de Edipo. Telémaco es el hijo de Ulises que está medio disperso, distraído —lo que hoy sería un TDA, estaría diagnosticado de hiperactividad y falta de atención— porque está esperando que vuelva el padre que está de viaje por el Mediterráneo en esa famosa odisea. Telémaco es el que queda mirando al horizonte esperando que vuelva el padre y ponga orden en la polis.
Estamos en la época en que se necesita que alguien haga de papá porque nadie pone límites. El nene quiere comer todos los días espaguetis, vamos a hacerle todos los días espaguetis. No hay nadie que diga: “Comete la verdura de una vez”. O hay una dinámica bastante confusa del castigo: “Te castigo sin comer porque no has comido pero después te llevo tu yogurt preferido a la cama”. “Te envío a la habitación, pero en la habitación tenés un computador, una playstation, una no sé qué, te quedás jugando”.
Yo creo que los padres están en un momento de “me da miedo castigar a mi hijo”. Algunos incluso en el consultorio te dicen cosas como “pobre, por el poquito tiempo que estoy con él, ¿para qué voy a provocar una pelea?”.
Entonces resulta que el adolescente vuelve a la hora que quiere, los padres ni siquiera saben dónde está. O el niño está muy solo. Los padres ni siquiera saben lo que exactamente hace.
Otra de las cosas preocupantes en esta sociedad es que yo creo que los niños están “adultificados”. Lo que también pasa es que si ves la agenda de un niño —en Barcelona, pero yo creo que debe ser lo mismo en Buenos Aires— hasta quedar para que venga al psicólogo es complicado porque te dice: “Los lunes tengo karate, los martes tengo inglés, los miércoles tengo esgrima, los jueves…” ¿Y cuándo jugás? ¿Cuándo te aburrís? Nunca. Si estás aburrido le agarrás la tablet a tu papá y te ponés a jugar a cositas que te baja tu papá también en la tablet.
Niños superocupados. El tiempo de garabatear en un papel o de mirar al techo y aburrirse ya no existe porque estamos en la sociedad de la hiperocupación y el niño tiene que ser hiperconsumidor de todo: de programas de computación o de aplicaciones de tablet o teléfono, y además de cantidad de ofertas que tienen que, aparentemente, tener al niño ocupado. No jugando. Ocupado.
Genera una situación imaginaria de que además va a estar superbién formado. No sé para qué les sirve francés, esgrima. No todos los chicos van a todo con ganas. Más bien, finalmente se apuntan a distintas cosas y van cambiando porque se aburren.
Pero, generalmente es porque no hay tiempo para cuidarlos, y para que se queden a manos de una cuidadora… Lo van cuidando distintos profesores de cosas insólitas. Aparentemente tenemos que tener a los chicos tan preparados para el futuro que están hiperpreparados.
Estamos en la edad de la hiperconectividad, de la híper todo. Entonces, ¿cómo no va a haber un trastorno de la hiperactividad como trastorno colectivo? Estamos en la sociedad de la hiperactividad.
Entrevista realizada por Iara Bianchi.
Joseph Knobel Freud
Psicoanalista
Iara Bianchi
Directora Editorial. Psicoanalista