”Una praxis, un síntoma en la cultura. Es una praxis donde el analista va a intentar aplicar el método de Freud y Lacan para encontrar si es posible que un sujeto se dé cuenta de lo que le pasa.”
Orlando López Firpo responde:
El psicoanálisis fundamentalmente para mí es una praxis. Es decir, es una práctica. Es algo… Digamos que un síntoma en la cultura. Digamos un invento de Freud que deviene de estos últimos cien años en los que nos dedicamos a recibir demandas acerca de lo que es el padecimiento humano. Además del corpus teórico que lo sustenta, es una práctica.
De hecho, mi ser de analista surge de mi propio análisis. Es decir, yo entro en el análisis como padeciente y salgo de allí como analista.
El tema del padecimiento es todo un tema porque, digamos, es evidente que uno entra en un análisis pensando, y de hecho yo lo hice así, que el análisis me iba a hacer dejar de padecer. Uno busca al analista, de hecho Lacan lo dice, como si el analista tuviese una fórmula para que uno no sufra. Obviamente el analista recibe la demanda, ya sabe que lo que el paciente le pide no es posible pero no se lo dice, porque hace falta dar unas cuantas vueltas por el análisis para que uno se pueda dar cuenta de qué se trata en realidad lo que estaba pidiendo y en realidad lo que puede obtener.
Si sigue adelante… Yo me analicé quince años. En esos quince años habría que ver cuántos años hay de análisis, a lo mejor no fueron quince años de análisis sino que fueron dos, fueron tres, fueron diez. En Francia se decía que los análisis en general duraban cien años y en Argentina cerca de doce años. Yo me analicé más tiempo que ese.
La cuestión es que uno demanda amor. Lacan dice que toda demanda es demanda de amor, así que uno va al analista y se enamora del analista, y yo me enamoré de mi analista hombre, y por eso continué tanto tiempo, con algunas interrupciones… De hecho, hubo todo un tiempo al principio donde yo iba a retrucarle a mi analista, le llevaba libros de autoayuda y le retrucaba y trataba de convencerlo, porque siempre tuve como un afán polemista.
Yo diría que el psicoanálisis es una praxis donde el analista va a intentar aplicar el método de Freud y Lacan para encontrar, si es posible, que un sujeto se dé cuenta de lo que le pasa. Que primero se de cuenta que habla, que ya es importante que se de cuenta que habla, y después pueda encontrarse en lo que quiere y no sabe que quiere, y eso es una conquista.
El analista, obviamente, no puede suplir al paciente y el paciente se va transformando de paciente en analizante cuando se empieza a implicar y empieza a darse cuenta de que en realidad de lo que se quejaba él tiene mucho que ver, se empieza a dar cuenta que el analista no lo puede curar.
Yo siempre me acuerdo que en mi análisis siempre le preguntaba a mi analista, le hinché las pelotas —perdón por este término poco coloquial—: “¿Cuándo me vas a dar el alta?”. Yo siempre le preguntaba: “¿Y el alta, cuándo viene?”. Me acuerdo que una vez mi analista me dijo: “El alta es una construcción”. Y yo en ese momento no entendí nada, ni siquiera me imaginaba, no sé, una obra, una construcción como si fuera una obra digamos en construcción, no entendía ese concepto de construcción.
Entrevista realizada por Iara Bianchi.