Las tres citas

Comentario sobre los libros La cita fallida I, II y III

Por Iara Bianchi

Lejos de plantear un psicoanálisis por barrio o país, presenta las fichas que faltaban al rompecabezas con el que nosotros mismos golpeamos nuestras cabezas.

Las citas fallidas son una por una y muchas más que tres; no obstante, la psicoanalista Carmen González Táboas nos habla de estos particulares desencuentros para avizorar un encuentro posible. Veinticinco ensayos y otros textos en plus, que nos ofrecen un recorrido al estilo “Elige tu propia aventura”, donde empezar por el medio, el principio o el final es parte de la travesía: el Renacimiento, la edad medieval, la Ilustración, las Américas, el continente mestizo, los debates de la actualidad, la llegada de Colón y del psicoanálisis. ¿La diferencia con la colección de ficción de libros juveniles? Esta trama te atrapa cual ficción pero versa sobre realidades que se repliegan, se expanden, se bifurcan, se entremezclan, desde el siglo XVI hasta el XXI, y sobre una historia que fue, hasta ahora, explorada por pocos.

Una exhaustiva investigación que explora, analiza, interpreta y evalúa la historia y la cultura, la de ahora, la de aquí, la de allá. ¿Sabíamos que Colón era un genovés que no hablaba italiano sino castellano con acento portugués? ¿Cómo “decolonizar” lo colonizado? ¿Alguna idea acerca de por qué tambalean las democracias, y cada nuevo plan deshace todo lo anterior y empieza de nuevo? ¿Qué diferenciaba a la colonización hispana de la portuguesa? ¿Sabemos qué es un hombre y qué una mujer? ¿Estamos al tanto que vivimos en un continente indo, afro, luso, hispano y convivimos y estamos atravesados además por la Ilustración racionalista y atea y varias inmigraciones más? ¿Y que la invención “América Latina” surgió en las colonias ibéricas? ¿A qué llamar cultura? La cita fallida no fue sólo entre culturas, entre el mercantilismo y las riquezas sustraídas con mano de obra barata. La cita fallida fue, ante todo, entre la magia y la religión, ambas entrelazadas y afectadas por la expansión de la revolución industrial.

Sin ser crédula ni cínica, la autora se pregunta y se responde con rigurosidad hasta ponerse a sí misma en cuestión. Como todo buen investigador, está al tanto de su deseo y no quiere que interfiera en sus argumentos, búsquedas bibliográficas y exposiciones. Psicoanalista de orientación lacaniana que toma de Lacan su lectura y también la interroga desde sí y desde otros interlocutores. Un ejemplo de esto último: “Lacan afirmó que el hombre moderno desconoce el sentido de la tragedia humana. Masotta dijo lo contrario; sabía de la tragedia en la que se hundía Argentina”.

No, no son argumentos que se pretenden reivindicativos “descolonizadores”. Con la aspiración a una lectura orientada, abre ventanas y reflexiones que no soslayan apasionamiento por saber sobre las piezas faltantes pero que marcan las diferencias. Valorando las riquezas y los infortunios de la colonización.

Sí, el psicoanálisis es un hallazgo, una perspectiva, una mirada, un signo… Lejos de plantear un psicoanálisis por barrio o país, presenta las fichas que faltaban al rompecabezas con el que nosotros mismos golpeamos nuestras cabezas. La psicoanalista afirma que el discurso del psicoanálisis es transnacional en su fundamento: el que habla lo hace desde su singularidad. De la mano del discurso, hay una ética que guía la práctica analítica y es también ahí dónde debe operar en la travesía de las coyunturas geo socio político económicas de una cultura, con las lenguas que se presentan en sus modulaciones locales.

Nuestros cuerpos gozantes de seres hablantes nos convierten no sólo en seres que hablan, sino que también el ser del parecer, aparecer, presentarse… Nos dice Carmen: “El poder de la palabra llega, por suerte y para desgracia, a crear mundos, a deshacerlos y a reinventarlos”. “Creamos y creemos en mundos que son mezcla de realidades y ficciones, trampas y engaños; los concretamos y usufructuamos en hechos políticos, financieros, mercantiles, religiosos, literarios, ingenieriles, históricos, científicos o seudo científicos, activados por la potencia operatoria de las palabras y de los números contables, que ocupan las mentes y agitan los cuerpos, para bien o para mal”. ¿Simple enumeración? No. Hay en esta obra, ensayística y literaria, joyas cautivantes de la historia y la exploración de cada uno de los ítems nombrados e incontables autores —aquí exagero un poco, pero el listado es muy muy largo; así que me permito la libertad poética—.

¿Por qué es un libro, en tres versículos, para curiosos de su historia, la que vive a diario? Porque te transporta a hechos, a pensadores, filósofos, psicoanalistas, mundos que fueron narrados y nos los creímos. La cita fallida I, II y III  son un pan recién horneado que se presta a devorarlo. Para analistas. Si estuviera en mi poder, lo incluiría como recomendación bibliográfica académica en cualquiera de las cátedras de psicoanálisis de las carreras de Psicología de cada país del continente extenso que habitamos. Claro que también se puede leer por fuera de la academia, y en cualquier instancia de formación en psicoanálisis. Además, es para todo aquél que le interesa la historia, la antropología, la filosofía, la sociología, gracias a la gentileza de explicar nociones psicoanalíticas y por estar lleno de olores, desde polvorosos baúles olvidados a aromas de flores exóticas.

En definitiva, La cita fallida es para aquellos que quieran saber que se requiere de una lectura de las circunstancias, de los contextos, de eso que hace que haya una América del Norte y un continente mestizo; qué del pasado permanece en movimiento y qué ya nos ha dejado o, en realidad, no ha llegado sino a unos pocos y reversionado.

Perduran en muchos lugares de esta América las liturgias populares, las formas de la vida y de la familia en su relación con el sexo, el dinero y el amor. Los ensayos continúan con el último libro de González Táboas: El amor, aún. Una lectura del seminario 20 de Lacan y sus fuentes antiguas.

Lacan dijo una vez, al menos eso leí, que “el mundo es inmundo”. Se refería, creo yo, a que no hay “el” mundo. Qué injusto este recorte mío de tantas páginas con tanto trabajo depositado en tinta. No obstante, creyendo que la justicia es muchas veces otro de los nombres de la venganza; agradezco que sea tal mi injusticia. Ni ojo por ojo, ni diente por diente. Ni don por don. Hay deudas que simplemente no se pueden pagar.

Carmen González Táboas

Carmen González Táboas 
Psicoanalista

Iara Bianchi

Iara Bianchi 
Directora Editorial. Psicoanalista

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