Disney le debe mucho a la obra de 1697 de Charles Perrault

El 11 de enero de 1697, el escritor francés Charles Perrault publicaba el libro Cuentos de mamá ganso. Una recopilación de fábulas y leyendas adaptadas, suavizadas y adornadas para niños, ese día nacían los ‘Cuentos de hadas’.

Hasta que cumplió los 55 años, nadie hubiera imaginado que este funcionario de Hacienda, burócrata obsecuente, camaleón político y escritor de tediosas loas al poder de turno, haya sido quien modeló las fantasías de los niños en los últimos 300 años. Perrault había crecido sin privaciones, mejor dicho, en la opulencia, y tuvo acceso a los más prestigiosos colegios. Algo destacable es que nunca se conformó, intelectualmente inquieto siempre buscó superarse, saber más y conocer más.

Llegó a ser un experto en lenguas muertas. Esto le brindó la posibilidad de conocer antiguas leyendas de tradición oral traídas por viajeros desde los confines del mundo y desde el origen de los tiempos. Cuando logró acomodarse en los círculos del poder cambió su comportamiento social. Se volvió invisible, su ausencia o presencia eran un misterio; todo ese tiempo lo utilizó para perfeccionarse como escritor.

Sus primeras obras eran crudas, oscuras y violentas. Cuando algún funcionario le reclamaba por su falta de compromiso laboral, escribía un par de odas al Rey y todos quedaban contentos. Se especula que en 1675 llegó a sus manos un ejemplar del Pentamerón, publicado originalmente por Giambattista Basile con el título Lo cunto de li cunti overo lo trattenemiento de peccerille (El cuento de los cuentos, o el entretenimiento de los pequeños). En este libro aparece por primera vez la palabra ‘ogro’ para la descripción de un personaje, además de percibirse que el relato no estaba siendo dirigido a un adulto, algo ocurrió en la mente de Perrault que germinaría años después.

“Con diamantes y dinero mucho se obtiene en verdad, pero con dulces palabras aún se obtiene mucho más”.

En 1683 comienza a trabajar en un libro que no sólo rompería con su estilo personal, también revolucionaba la manera de relatar las historias. Estas se desarrollaban en un mundo imaginario y atemporal. Perrault tomó ancestrales leyendas, moralejas de origen desconocido, narraciones costumbristas y relatos de viajeros, les dio estructura literaria, los ubicó en tierras mágicas y los adornó con princesas, reyes, castillos, ogros, animales parlantes y ángeles. Había dado origen a una nueva rama literaria, los cuentos de hadas.

Perrault sabía que para un niño los relatos originales resultarían muy crudos y violentos. Con gran pericia los adaptó suavizando el dolor de sus personajes, pero sin que perdiera el nudo del conflicto. Luego de 14 años de trabajo, el 11 de enero de 1697 vio la luz el libro Cuentos de mamá ganso. Entre sus historias se encontraban: Pulgarcito, Barba azul, Cenicienta, La bella durmiente, Caperucita roja y El gato con botas.

“La honradez, tarde o temprano alcanza su recompensa, y con frecuencia se logra cuando en ella no se piensa”.

El género no tuvo representantes a su altura hasta que más de 100 años después fuera retomado por Hans Christian Andersen y los hermanos Grimm. Cuando Walt Disney comenzó a diseñar la producción animada del cuento La bella durmiente, descubrió que el castillo donde se desarrollaba la historia existía realmente. Perrault se había inspirado el Castillo de Ussé, por ello decidió respetar la descripción hasta en sus mínimos detalles. Años después lo tomaría como punto de partida para el diseño del Castillo de su parque en Anaheim, California, aunque el más similar es el del parque de Disneyworld Orlando.

Escrito por Gabriel Dantuono

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