«Pensá a Lacan como un caso clínico. Cualquiera que haya recibido a un científico, a un escritor, a un poeta, a un pintor, sabe que hay un momento de angustia que se lo presenta como “Me van a rechazar”.»
Alberto Sladogna responde:
Transcripción del video:
En los años cincuenta, cuando Lacan comienza su enseñanza, tenía un enorme desafío: a él le podía pasar lo que le pasó a Jung… Yo no sé qué relación tienes tú con la lectura de Jung, pero yo te confieso que tengo que hacer un ejercicio espiritual tan grande para leer un texto de Jung. Incluso sabiendo que el tipo decía y planteaba cosas interesantes.
Porque Jung es como el archienemigo, el que podía destruir el sistema. Fue el que fue apartado de las enseñanzas de Freud. Entonces, en ese momento, si te apartaban de a enseñanza de Freud, si te decían que no eras freudiano, si te decían que tú ya no estabas más en la IPA (Asociación Psicoanalítica Internacional), se acabó tu vida como psicoanalista ¿Localizas esto?
A ver, ¿por qué te crees que Lacan -no quiero usar lenguaje soez- “se hizo el tonto” desde 1953,del 8 de julio, concretamente, desde las diez de la mañana del 8 de julio de 1953 hasta 1964? Se hizo el tonto y él se presentaba como un analista de la IPA.
En el Informe Turquet, dicen que desde 1953 ya no era más un analista reconocido. Desde el punto de vista de la IPA, Lacan era, como se dice hoy, un “fake“. Era como un avanzado de los chinos… Hoy que los chinos copian todo y hacen parecer como original lo que es una copia. Bueno, él se hacía parecer…
Navegaba con bandera de tonto. “No, yo soy miembro de la IPA”. ¿Quién le iba a preguntar? Hasta que en 1964 ya no pudo sostener más esa posición porque públicamente la IPA lo expulsa.
Lo expulsa, le prohíbe analizar, si te analizabas con él no podías recibir el título de analista, si supervisabas con él no podías recibir el título de analista, si ibas a los seminarios de él no podías recibir el título de analista porque no tenías formación, al contrario, se consideraba que estabas deformado.
En esas condiciones, él tenía que simular. ¿Cómo hacían en la época de Stalin para evadir la censura? Voy a poner un ejemplo tonto: “González se opone a Stalin y dice bla bla bla (termina la comilla)… Entonces vamos a criticar lo que dice González” Pero ya te transmitió el pensamiento de González. “¿Cómo? Pero es crítico. Yo no defiendo a González, lo estoy criticando.”
Bueno, Lacan tenía que jugar el juego de la disimulación honesta. Incluso, mirá, yo no soy adepto a las fechas pero en uno de los últimos seminarios de Lacan, él dice que si la persecución no hubiese sido tan fuerte, él no hubiese dado una famosa conferencia, que seguro que tú conoces, es la conferencia que se llama “El simbólico, el imaginario y el real”.
Es una conferencia que él da la tarde del 8 de julio de 1953 porque a la mañana recibe un telegrama donde le comunican que él dejó de pertenecer a la IPA y que ahora puede seguir yendo a los congresos y actividades de la IPA, pero en calidad de invitado.
Por consecuencia, como invitado, está suspendida la conferencia que él iba a dar sobre la formación del analista. Entonces, él dice: “Si no hubiese sido tal la persecución, yo no hubiera dado a conocer esa conferencia”.
Se produce un incidente que es… Ahí estaba Didier Anzieu, su mamá es la famosa Marguerite Anzieu, la paciente psicótica del pasaje al acto de la tesis de Lacan. Entonces, Didier Anzieu le dice a Lacan cuando termina la conferencia, en el debate: “¿Esto que usted está proponiendo es una puesta al día, modernizar el lenguaje de Freud, o usted está introduciendo algo nuevo en el psicoanálisis?”.
Fue un momento de terrible angustia para Lacan porque no podía decir que, en efecto, “simbólico, imaginario y real” no pertenecían al psicoanálisis de Freud, era un invento de Lacan. Entonces, le contesta con la cancha de Boca, generalidades, no contesta a la pregunta.
E incluso, en 1975, en el seminario “Le sinthome”, yo no conozco debido a qué, Ediciones Seuil publica la tesis de Lacan de la psicosis en sus relaciones con la personalidad. Lacan, en ese seminario, creo que en la segunda sesión, transmite su molestia porque hayan reeditado esa tesis.
Hoy día se sabe que Lacan se había encargado, no puedo precisar en qué fecha, de comprar todos los ejemplares que había en las librerías parisinas especializadas en psiquiatría y psicoanálisis, en ese momento no existía la psicología. Todos los ejemplares de sus tesis, y todos los ejemplares que había (creo que se le escaparon dos ejemplares que había en Saint Anne) se los había llevado él para que nadie los leyera.
Y lo segundo es una cuestión clínica porque no hay relaciones entre la psicosis paranoica y la personalidad, son lo mismo; cosa que los analistas lacanianos muchas veces no queremos aceptar.
Pensá a Lacan como un caso clínico. Cualquiera que haya recibido a un científico, a un escritor, a un poeta, a un pintor, sabe que hay un momento de angustia que se lo presenta como “Me van a rechazar, van a decir esto es una porquería, este no pinta, ¿poema? esto no es ningún poema, ¿cine? esto no es cine. No venga con esa bazofia”.
Pero son frases incompletas porque la apuesta que está en juego cuando alguien inventa algo es sostener que está inventando algo para lo cual tiene que crear el pueblo de ese invento. Estoy plagiando a Deleuze sobre lo que refiere a la pintura.
Kandinsky va a una exposición y ve una pintura de Monet, creo que es de Monet, la reconoce, reconoce el objeto que está ahí pero no puede decir qué es, tiene una vacilación. Era “Almiares” de Monet, el almiar de heno de Monet. Entre ese momento en donde él ve el objeto, lo ve, pero no lo puede decir, y el día siguiente, él inventa el arte abstracto.
¿Qué es el arte abstracto? Esta mano la voy reduciendo, la voy reduciendo hasta sacar el trazo que es la mano. ¿Quién va a reconocer entre la primera pintura de la guitarra que hizo Picasso, en esa serie, a la última? “A ver, este dice que esto es una pintura pero acá esta figurativa, y poco a poco van desapareciendo las figuraciones” y, como tú dices, quedan los trazos.
En el caso de Lacan es lo mismo. En 1953, él descubre por su relación con Roman Jakobson y con Levi Strauss la cuestión del simbólico y, por supuesto, se lanza porque era el chicle más fácil de pegar en el público.
Porque todo el mundo decía: “Claro, el simbólico es la interpretación simbólica de Freud. Claro, lo que está haciendo es lo mismo que Freud cuando interpretaba que había un paraguas sobre un diván, como el que puso Nicolás en el diván, eso quiere decir que el falo está descansando”.
En una interpretación con el simbólico pega su chicle. Y el imaginario, en esa época, todo el mundo lo debe saber, era considerado algo feo, algo fantasioso, Lacan dice “caca, caca”. Y de lo real nadie entendíamos nada: el mismo Lacan mezclaba “real”, “realidad”.
Y de pronto, cuando él comienza a trabajar con la topología, cambia. Pero, hay una cuestión… Lacan hacía cambios y, yo creo que por el clima de persecución, entre otros motivos, nunca decía que los hacía. Lacan, por ejemplo, cambió quince veces el estadio del espejo; nunca lo dijo, pero lo cambiaba.
Simplemente pensá en la versión, que es una versión ya muy trabajada, del estadio del espejo que aparece en los escritos a la que aparece en los mismos escritos de nuestros antecedentes, hay un salto enorme: en la de 1949 no aparece el objeto a; en la de nuestros antecedentes dice: “pero claro, si el estadio del espejo se sostiene con el objeto a ” y vos decís “pero, a ver, si estoy leyendo los escritos, estoy leyendo de nuestros antecedentes”.
Hay dos versiones del estadio del espejo. Si querés, compliquémoslo más: ¿me podés decir cómo te podés ver vos en el espejo borromeo, donde el imaginario es un arco? Hay un imaginario; el imaginario era el espejo, ¿qué imagen ves ahí? Hay un cambio radical.
Y, después, ya cuando estaba a punto de soltar los tenis, estaba a punto de morirse, como cualquiera, ya no tenía nada que perder y, entonces, por eso, hay toda una mitología sobre los últimos seminarios de Lacan. Yo creo que a partir de 1970 comienza.
En 1970 dice: “el complejo de Edipo es un sueño no realizado de Freud” o “el complejo de Edipo no sirve para nada en la clínica cotidiana”.
Y después comienza y hace una cosa que es una enormidad: dice que el imaginario, el simbólico y el real tienen la misma consistencia, el mismo agujero, y la misma existencia. Son homólogos.
O sea, que tú no puedes decir: “Ah, sí, esto es imaginario”… Y ahí es donde usa esta expresión: “dicen que yo digo que el imaginario es caca caca”. Es cierto, eso decía él en 1953 cuando había que reducir el imaginario con la intervención del simbólico.
Y esto es muy importante para la actividad analítica, porque en efecto hay gente que tiene dificultades con el simbólico y vos entonces te agarrás del imaginario para hacer la cura. Pero eso tiene que ser a condición de que uno desprecie el imaginario.
Entrevista realizada por Iara Bianchi.
Alberto Sladogna
Psicoanalista
Iara Bianchi
Directora Editorial. Psicoanalista
Es interesante la entrevista, toca un punto de debate que es importante ver, y que no siempre se sigue, entre si Lacan dice más o menos lo mismo que en la línea de Freud, o bien sus aportes son desde otra forma de practicar el análisis. También viendo este “La invención de lacan”, uno se puede preguntar ¿quien está inventando a Lacan?. Que no se aleja de un punto tratado en la entrevista, que es el del artista que crea, y que a su vez, en su apuesta, va el sostenimiento del pueblo para quien esa invención es creada.