”El canalla sabe muy bien que no hay Otro, al igual que el cínico, pero además lo que intenta hacer es colocarse en el lugar del Otro. Él transformarse en ese. Tal su canallada.”
Ernesto Sinatra responde:
Transcripción del video:
Lacan ubica el término canalla en determinado momento preciso. Es verdad que identifica la perversión, por lo mismo que antes dijimos, ahora vamos a ver por qué, con la canallada. Pero también en un momento dado identificó a la derecha con la canallada. Pero no menos a la izquierda con la tontería.
Hay tres términos que me gustó trabajar hace muchos años, que compusieron parte de un artículo de un viejo libro que se llamó La racionalidad del psicoanálisis. El título era “Tontos, cínicos y canallas”, donde intentaba hacer una lectura de lo que Lacan ha trabajado. También empleando la orientación no solo de analistas como Jacques Alain Miller, de lo que ha pensado sobre el cinismo, la canallada y la tontería, sino también de filósofos. Peter Sloterdijk, por ejemplo, con su ensayo sobre el cinismo, Crítica de la razón cínica, que es extraordinario.
Y, para sintetizar, ya que querías hablar “al pan, pan y al vino, vino”: los tontos están situados como aquellos que creen en el Otro (con mayúscula), que no pueden dejar de creer que es el Otro el que sabe acerca de ellos y los orienta de una manera irremediable respecto de su vida. Es ir a buscar en el Otro una orientación donde el Otro sabe lo que tiene que hacer uno. Lo que habría que hacer. Lo que uno tendría que hacer. Esa es la posición del tonto.
Es decir, la posición que no es una cuestión tomada moralmente o burlándose: es la posición de máxima alienación al Otro. Es el Otro el que sabe, el que guía mi camino. Digamos que el tonto es ilustrado por las multitudes, por la psicología de las masas freudiana.
Después, el cínico. El cínico es el que no cree en el Otro. El cínico solamente cree en su propia satisfacción.
Tenemos a los tontos que creen absolutamente en el Otro, a los cínicos que no creen en el Otro y a los canallas que saben hacer uso puntualmente de la tontería. Y ,al mismo tiempo, sabiendo que el Otro no existe, que no hay Otro del Otro como figura universal que pudiera legislar universalmente respecto de cuál es el bien; cada uno está solo con su propia satisfacción.
Pero no por eso no está en relación con los otros, con los pequeños otros. Esa es una de las conclusiones de los analizados que recogemos en los testimonios. Sí, no hay Otro que legisle sobre mí en el sentido de que me diga cuál es el bien universal. No hay bien universal para mí. Hay una satisfacción. Pero aparte está el lazo amoroso que decíamos antes, referencia que me puede relacionar con otros.
El canalla lo sabe… Sabe muy bien que no hay Otro, al igual que el cínico, pero además lo que intenta hacer es colocarse en el lugar del Otro. Él transformarse en ese. Tal su canallada.
Ahí tenés la combinación aproximada para tener una orientación, al menos de mi investigación de lo que es no solamente el canalla sino también los tontos y los cínicos pensados analíticamente.
Entrevista realizada por Iara Bianchi.
Ernesto Sinatra
Psicoanalista
Iara Bianchi
Directora Editorial. Psicoanalista