”No es frecuente que esta clase de personas se presenten y demanden un análisis. En general, como son personas que no tienen relaciones ni con su inconsciente ni experimentan el sentimiento de sentirse divididos ni cuestionados frente a su propio accionar, no se preguntan nada.”
Gustavo Dessal responde:
Transcripción del video:
Un canalla es aquella persona que es capaz efectivamente de discernir su relación con el mal y de ejercerlo sin ninguna clase de escrúpulos morales. Es un tema muy complejo. Hace poco he leído una frase que me pareció muy interesante…*
Todo el tema de Hannah Arendt sobre la banalidad del mal es una investigación que ella realiza para demostrar dos cosas. La primera, que es absolutamente cierta, aunque muchas personas lo discutan, es que todo el mundo llevado a determinadas circunstancias puede llegar a transformarse… a ejercer el mal.
Cuando se discute sobre eso, muchas personas dicen “No, eso es mentira. Por ejemplo, yo podría llegar a hacer muchas cosas pero jamás sería capaz de torturar a alguien”. Bueno, primero que es muy difícil saberlo porque habría que ver si uno pone a una persona en unas determinadas condiciones, en una determinada situación, si lo haría o no lo haría.
Cuando Hannah Arendt plantea eso no quiere decir que si hay cinco mil millones de habitantes en la tierra, los cinco mil millones van a ser capaces de cometer las mismas atrocidades. No. Quiere decir que no hay ninguna razón a priori para pensar que un ser humano en concreto no tiene la misma disponibilidad para ejercer el mal que cualquier otro.
Lo cual no significa que lo vaya a hacer, pero que por su condición humana, según lo que ella entendía por condición humana… Y yo creo que el psicoanálisis en ese sentido tiene una posición muy semejante.
No hay ninguna razón para pensar que una persona que nos pueda parecer totalmente inocente, responsable, magnífica persona, bajo ciertas circunstancias, que a lo mejor no las va a encontrar nunca, pero no sabemos si la vida puede conducirlo a que en una determinada coyuntura cometa algo que le pueda resultar inimaginable.
Un canalla es aquel que asume el ejercicio del mal ni siquiera amparándose en una determinada ideología. Es el mal por el mal.
Hannah Arendt entrevista a Eichmann. Ella no considera que Eichmann sea un canalla. Porque Eichmann es alguien que se justifica en la obediencia de un determinado sistema ideológico. Eso pasó en la Alemania nazi como pasó en la época de estalinismo o pasó en Camboya con Pol Pot.
En todas las épocas han habido aberraciones, monstruosidades. No son comparables una con otra, quiero decir, eso es otro tema, pero que se apoyan, “se legitiman” o pretenden legitimarse en una serie de… en un discurso.
En la revolución de Mao no sé cuántas millones de personas murieron, legitimándose su asesinato, su masacre en el beneficio de la revolución. Pero un canalla es otra cosa. Un canalla es alguien que actúa con consciencia del mal y sin necesidad de sentirse legitimado más que en su propio goce.
Es alguien que no tiene escrúpulos de ningún tipo. Porque una ideología, aunque sea monstruosa, es al menos algo que el sujeto considera que está por encima de él.
– Es un marco.
– Exacto. Es un marco. En todo caso, él se experimenta como súbdito de un discurso al que obedece. Con independencia del juicio que nos merezca ese discurso, por supuesto. Eso tampoco es una justificación pero la persona se siente… Eso no es exactamente un canalla.
– ¿Eso sería un perverso?
– Eso puede ser, efectivamente, una perversión. Yo creo que el canalla es otra cosa, es una figura que no tiene una entidad estrictamente clínica.
Canallas podemos encontrarlos en todo el espectro clínico. Los neuróticos, los perversos, los psicóticos. Canalla es aquel que se afirma, digamos, en el goce que ejerce sin ninguna clase de responsabilidad ni de limitación, que es consciente de ello, y que no le importa en absoluto las consecuencias que eso tenga para los otros.
No es frecuente que esta clase de personas se presenten y demanden un análisis. No ocurre con mucha frecuencia. En general, esta clase de individuos, como son personas que principalmente no tienen relaciones ni con su inconsciente ni experimentan el sentimiento de sentirse divididos ni cuestionados frente a su propio accionar, son personas que no se preguntan nada.
La gente que no tiene una pregunta, no suele ir a un psicoanalista. Por lo menos, aunque sea un simple malestar que le genere la intriga de decir “No sé qué me pasa”.
Sé que hay muchas. Aquí en Argentina es un ejemplo interesante porque… Argentina es un país donde, tengo entendido que no ha habido muchos casos, pero algunos casos de personas implicadas en el proceso de la dictadura, o sea de los grupos de tareas, etcétera, esas personas han solicitado… a veces han acudido a un analista.
No sé si se puede plantear una respuesta general al tema. Es decir, yo no sé si uno puede generalizar y decir: “Nadie que ha participado de esa experiencia se lo puede atender psicoanalíticamente”. Yo creo que al menos uno debería escuchar qué es lo que esa persona pide y ver qué sujeto es ese. Y después, efectivamente, sacar las consecuencias.
El psicoanálisis es una experiencia lo suficientemente preciosa como para utilizarse a discreción. Es decir que hay que saber a quién uno le ofrece la experiencia analítica. Afortunadamente, el 99,99 por ciento de la humanidad lo merece.
Entrevista realizada por Iara Bianchi.
*NdR: En el fulgor de la charla quedó pendiente la frase que mencionaba Gustavo Dessal al inicio. Luego, fuera de cámara, le pregunté cuál era: ”Un canalla es alguien que siempre tiene una coartada para todo, de tal modo que está perfectamente protegido respecto de cualquier cosa que pueda sorprenderlo.”
Gustavo Dessal
Psicoanalista. Escritor. Colaborador inconsciente
Iara Bianchi
Directora Editorial. Psicoanalista
Completamente en acuerdo con tu comentario sobre “el canalla”. Cabe destacar otras aberraciones “humanas” en el continente Americano! Chile, Argentina, Brasil, Paraguay, Peru, Bolivia,… Toda america del sur. Por otro lado quiero comentarte que tu analisis es muy equivalente a lo que nosotros hablamos en Budismo sobre los “10 Estados” de toda persona! Saludos Manuel O. Caceres