Frase completa: Es demasiado triste que en la vida pueda pasar como en el ajedrez, en el cual una mala jugada puede forzarnos a dar por perdida la partida, con la diferencia de que en la vida no podemos empezar luego una segunda partida por desquite. En el campo de la ficción hallamos aquella pluralidad de vidas que nos es precisa. Morimos en nuestra identificación con el protagonista, pero le sobrevivimos y estamos dispuestos a morir otra vez, igualmente indemnes, con otro protagonista.
Referencia: Consideraciones de actualidad sobre la guerra y la muerte (1915).
“Cuando leí esta frase por primera vez, hace ya muchos años, pude entonces comprender por qué la literatura fue para mí y desde siempre el mejor remedio contra la angustia. Se necesita cierta dosis de histeria (y la tengo) para profesar lo que Coleridge llamaba la “fe poética”, o sea, poner en suspenso la incredulidad y aceptar la lógica de lo que la ficción nos cuenta”.