
“Aparece en los testimonios de las víctimas que pudieron salvarse: cómo el tipo buscaba en los ojos de la pobre chica que había asaltado, amenazándola hasta ahogarla, captar el momento en el cual el sujeto pide la muerte, se deja morir.”
Eric Laurent responde:
Transcripción del video:
El ‘deseo de deseo’, como se lo plantea, claramente no tiene un objeto claro. El ‘deseo de deseo’ es, precisamente, un abismo, una apertura, un sinfín. El ‘deseo de dañar’ tiene un objeto muy preciso. Parece una contradicción: ¿el deseo tiene un objeto o no tiene un objeto? Precisamente es esto: para aclarar estas dificultades, y pases, etc., se creó una distinción entre el ‘deseo’ y el ‘goce’.
El ‘deseo’ fue una categoría en Freud que abrió las paradojas de un objeto que siempre se aleja, huye, se desplaza. Es deseo de otra cosa. Desplazamiento del deseo.
El ‘goce’ es más bien fijo. Fijar. Dañar no es un deseo, dañar es un goce. Cuando el sujeto es sádico goza del efecto que produce el daño, el desamparo. Hasta hay algunos sujetos sádicos fuera de los límites, dañan al otro hasta el punto en el cual pide la muerte; y obtener esto puede ser el punto de goce de un sádico. Se ve en algunos criminales que confiesan esto: que buscaban… Aparece en los testimonios de las víctimas que pudieron salvarse: cómo el tipo buscaba en los ojos de la pobre chica que había asaltado, amenazándola hasta ahogarla, captar el momento en el cual el sujeto pide la muerte, se deja morir. Eso es un goce especial, no es un deseo.
Y, efectivamente, cuando un sujeto que viene a un análisis, tiene fijaciones de goce. Los sujetos que tienen fijaciones de goce muy “perversas” [comillado de Laurent] no vienen al psicoanálisis porque no piden nada. Saben lo que quieren en la vida, saben que gozan de esto; el problema es que es muy difícil de realizar, entonces pasan su vida inventando cómo realizarlo, pero no perdiendo su tiempo en hablar de esto con un psicoanalista.
Para tener el proyecto de entrar en esta experiencia se necesita, por lo menos, una tensión entre deseo y goce, una posibilidad de desplazamiento; que el sujeto, al mismo tiempo, pueda ser fijado pero también tener deseo de otra cosa.
También, hay que mantener esta tensión porque el ‘deseo de desear’ es otra definición de la neurosis. Los sujetos neuróticos… Para tomar una categoría de Freud que no está muy vigente en la psiquiatría actual que tiene más bien catálogos de ítems —poco importa—. Los sujetos que entraban en la categoría freudiana pasaban su vida con este anhelo vacío: ‘deseo de desear’; y el instrumento por el cual ‘desean desear’ era lo que Freud llamó ‘el fantasma’.
La idea es que hay que atravesar el fantasma. No se trata de ‘desear desear’. Finalmente hay que encontrar un modo de goce que sea vivible, satisfactorio, y que permita vivir una vida digna. No mantenerse en una ensoñación, un poco ideal, de ser un ‘ser de deseo’.
Entrevista realizada por Iara Bianchi.
Éric Laurent
Psicoanalista
Iara Bianchi
Directora Editorial. Psicoanalista