En la esquizofrenia, se experimenta al cuerpo como desmembrado y ajeno. En la paranoia, se conforma un cuerpo que pasa a ser sede de alguna emoción equívoca.

¿CÓMO SE DIFERENCIAN LA ESQUIZOFRENIA Y LA PARANOIA?

Transcripción del video:

La esquizofrenia se da más tempranamente porque tiene que ver con la constitución del cuerpo, tiene que ver con lo especular, tiene que ver con no haber podido ser alojado en la mirada de la madre como alguien que puede representar para la madre un brillo ‘fálico’. Por lo tanto, en el momento en que se constituiría el cuerpo como propio gracias a la mirada deseante de la madre, este cuerpo queda desmembrado. Como este cuerpo queda desmembrado y tan vapuleado, el ‘yo’ no se puede organizar… Sin percibir al cuerpo como propio, se le ‘ajeniza’ permanentemente y se desmiembra; y el ‘yo’ no une, no concilia.

La esquizofrenia habla de una ruptura temprana. Es muy poca la producción delirante en la esquizofrenia; es demasiado simple, demasiado sencilla, no es sistematizada. Justamente porque el inicio de la constitución de ese ser humano como tal estuvo desarticulado desde el vamos.

En cambio, la paranoia implica todo un nivel de pensamiento muy complejo donde para que ese sujeto arme toda la red de suspicacias y sospechas, todo ese despliegue simbólico solamente se puede lograr si contó con un cuerpo como propio que, después, en la paranoia, pasa a ser sede de alguna que otra emoción equívoca con todo el cuerpo.

Una paranoica que atendí muchos años, cuando estaba contenta, se excitaba sexualmente. Para ella, esto era así. Entonces, decía que la habían felicitado por un trabajo que ella había hecho y que, en ese momento, le había agarrado un orgasmo en todo el cuerpo y lo había manifestado. Por lo cual, tenía problemas. Pero contaba con ese cuerpo, no era el cuerpo de la esquizofrenia. Y hacía un despliegue de pensamiento que era hasta difícil de seguir. “¿Cómo se le habían ocurrido todas las cosas que se le habían ocurrido?” Es un mundo mucho más complejo. Por eso, hay una irrupción y una disrupción más tardía. Porque se las arregló y, a veces, se las siguen arreglando sin un desencadenamiento; como gente suspicaz, sospechosa, que siempre están preservándose porque el otro les puede hacer algún daño. Uno dice: “Qué inteligente que sos, se te ocurren cosas que a uno nunca se le hubieran ocurrido”.

Si se dan los celos en la paranoia, entonces, también ven conspiraciones para quitarle aquello que tiene… Elaboraciones que uno tampoco podría imaginarse. En general, frente al despliegue de los celos, la paranoia, y todas las sospechas, y las certezas, y los sistemas que arman en su cabeza, uno escucha como si fuera de una ingenuidad… Porque la verdad es que siguen sorprendiendo… “¿Cómo pudo haber pensado…?” En los delirios celotípicos, el celotípico empieza a atar cabos por miradas, por insinuaciones, por las palabras que dejó caer el otro, que superan ampliamente lo que uno en la vida cotidiana puede detenerse a pensar más o menos neuróticamente.

 

Entrevista realizada por Iara Bianchi.

Élida Ester Fernández

Élida Ester Fernández 
Psicoanalista

Iara Bianchi

Iara Bianchi 
Directora Editorial. Psicoanalista

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